Voy a hablar sobre otro mito de la lactancia materna
La lactancia materna es algo que me mueve, me apasiona, me encanta, es importante para mí hablar de los mitos en torno a ella hoy hablaré de la típica percepción propia o de mi entorno cercano en relación al “tipo de leche que tengo” , ¡MI LECHE ES MALA!
Bueno, cuando hablo de este tema, se suele cuestionar lo que digo debido a que la experiencia puede ser aún más importante que el conocimiento. Puedo decir que tengo las dos, dos experiencias exitosas de lactancia materna y además el conocimiento en base a mi profesión y otras capacitaciones relacionadas a la lactancia materna.
Siempre me pregunto si será posible que durante nueve meses en mi cuerpo se formó un niño o niña entera, saludable, de término, a la que yo no tuve la necesidad de formar desde la mente, solo confié en que tendría dos piernas, dos brazos, dos ojos, y todas las otras partes del cuerpo que forman finalmente a un humano pequeño y hermoso. Ahora, ¿cómo? ¿Cómo es posible que esto pase sin que yo haga nada?(dejando de lado la concepción claramente, ahí si hubo participación activa jajajaja) sin que yo ponga mi esfuerzo en la construcción de cada célula u órganos, o algo en realidad, jeje, esto es un acto de mera fé, quedamos gestando y ahí “nos relajamos” y nos dedicamos a comprar cosas para vestir a la guagüita, coches, juguetes, etc., sin que sean cosas realmente importantes porque la guagua se está “haciendo sola”, cómo es posible que este proceso sea entonces así de perfecto, recibimos en los brazos a esta guagua, la más hermosa que hemos visto y sin embargo, ¿caben posibilidades de que mi leche no sea buena? ¿De verdad? Bueno, noooo, no es así. Esta creencia no es verdadera y no existen las leches malas, ¡no existen! Lo que pasa con nuestra leche es que es una preparación especial para nuestra guagua, nuestra leche al igual que todo en los procesos femeninos, ¡es especial para mi bebé! Cada bebé recibe la leche que necesita de acuerdo con muchos factores; Por ejemplo: • Peso • Talla • Contextura • Época del año • Edad del niño (aquí consideramos la leche para prematuros, que siiii se pueden amamantar y hasta la edad en que la lactancia termine idealmente con un destete respetuoso) • Enfermedades del niño (por ejemplo, cuando nuestros hijos tienen fiebre, nuestra leche automáticamente se vuelve más acuosa para ayudar con la baja de temperatura, le entrega factores inmunológicos y otros elementos para combatir la infección que está enfrentando) La leche humana no es como la leche del supermercado que viene clasificada en porcentaje de grasa, si es o no entera, descremada o cualquier otro tipo, la leche de nosotras es diferente. ¿Como así? Primero explicaré que la leche materna cuando se da a demanda tiene distintos momentos en los que se entregan diferentes elementos, cuando se inicia la mamada el niño obtiene un porcentaje elevado de agua, por lo cual si nosotras experimentamos en ese momento viendo la leche que estamos dando es muy probable que sea bastante acuosa, a continuación durante unos minutos después comienzan a obtenerse las proteínas, aquí la leche puede verse, quizás (no todas las leches son iguales) un poco más blanca, más parecida a la leche de vaca o quizás aún pseudo acuosa, y al final el niño o niña obtiene grasa, y ese es el momento en que generalmente comienzan a dormirse en la teta y aquí de nuevo quizás podríamos observar una leche más amarilla, pero no en todas. Por otro lado, hay niños que nacen con gran peso y cantidad notable de reservas de grasa, son además grandes y muy demandantes a nivel de alimentación, es muy probable que esa madre tenga bastante cantidad de leche y que además esa leche no tenga un componente tan alto en grasa, sino que más en agua y proteínas ya que esta sustancia se adapta a las necesidades de cada niño o niña, en el caso de los bebés más menudos, podría componer más grasa, para ayudar con la subida de peso. Estas que nombro anteriormente son suposiciones en base a los cambios evidentes en la leche materna que es estudiada en bancos de leche en donde reciben donaciones y se estudia la leche de cada madre para entregar una cantidad y calidad a cada guagua ayudándose con el conocimiento de la composición de cada donación, es así como se reparte este oro líquido a los bebés hospitalizados, según sus requerimientos, entendiendo que en estos lugares se ha establecido que sin duda alguna la leche humana es mucho mejor que cualquier leche artificial, aunque no sea la de la propia madre. También se ha evaluado la leche que producen las madres que hacen lactancia en tándem, y estas leches también van cambiando de acuerdo con las necesidades de cada hijo, para mí un regalo infinito de la naturaleza y que no deberíamos perder. La moraleja de todo esto es que: Ejemplo de nuevo: si yo pongo en un vaso la leche de mi vecina y en otro mi leche y las comparo puedo ver que una tiene harta grasa se ve “más gruesa” y que casi hace nata pero que la de la vecina no y esta se ve más clara, aguada y se ve “delgada” significa….que, no puedo sacar NINGUNA CONCLUSIÓN porque son guaguas diferentes!!! Por lo tanto, esta es sólo una falsa percepción la Leche Delgada, mala. Aguada, gatuna jajajajaj NO EXISTE, por favor no le diga esto a las madres, aunque usted lo crea, los profesionales que actualmente hacen este tipo de juicio no están debidamente capacitados en lactancia materna.