La primera lactancia

Este pequeño de la foto es mi Nicolás (en mi instagram). Mi hijo mayor. No es que me refiera a el como de mi propiedad, aunque casi, no se me sale así, sino que lo siento tan mío ahora, entendiendo al mismo tiempo que solo estarán cerquita por poquito tiempo, son prestados 😱. Aiiii en fin, no vine a hablar del nido vacío ajajajaj, me queda aún para eso. Les vine a hablar de Lactancia. Observan esos cachetes y esa boquita ¿cómo de patito? Jejejeje. En esta foto del 2013 mi Nico tenía apenas 1 mes y medio casi 2 meses. Les muestro esa foto con mucho orgullo porque fue difícil obtener esos cachetes, que día tras día crecieron más llegando a ser el completo, algo parecido a una bolita rolliza. Al inicio tuve grietas, al inicio mi guagua bajó de peso, al inicio hasta compañeros de trabajo me dijeron que mis pechugas eran chicas, que la leche no daba, que iba a tener que suplementar con leche de tarro. Después de tanta pelea en la clínica para dormir con él, después de leer tanto y prepararme. El dolor era intenso en cada mamada, en esa época mis conocimientos no eran los de ahora, no sabía de las asesoras de lactancia, no sabía del "frenillo corto" en términos simples esa cosita de debajo de la lengua que impide el buen movimiento de esta en el recién nacido y por lo tanto del acople. Y ahí estaba en un verano caluroso, pensando en dar relleno, pensando que mi leche no servía, creyendo que lo hacía mal, con dolor, con tristeza. La lactancia no debería doler, ahora lo sé, nuestra tolerancia al dolor es diferente para cada una de nosotras. Pero ¿que nos pasa?, ¿por qué confiamos en nuestra cuerpa? ¿Por qué será más importante la opinión de los otros? ¿Qué pasa con lo que yo siento? ¿¿que está pasando? Cuesta tanto conectarse con una, cuando el ruido inunda todo afuera..... Tuve la suerte de llegar a un pediatra pro-lactancia que lo vio todo con absoluto relajo. Tuve la suerte de tener a mi abuela viva y con destellos se lucidez, en uno me dijo; dale nomas tu guagua se ve sana, ¡míralo! Se ve sanito. Y de a poquito fui tomando fuerza, fui haciendo mi espacio de mamá y vi con tanto orgullo esa grasita en su cuerpo, vi tan emocionada como crecía y avanzaba. Hoy veo lo inteligente que es, su elocuencia, su vocabulario, sus habilidades. No dejo de impresionar me. Entendiendo también que no todo es por la teta, hay un montón de otros factores. Lo que debemos tener claro es que debemos pedir ayuda, que a nadie se le acaba la producción, que no hay leches malas, y que nuestras cuerpas son extremadamente sabias.