Los cambios...
aparecen en el horizonte. Muchas veces son absolutamente inesperados otras veces había señales que debimos interpretar a tiempo. Hoy sé, que estas situaciones ocurren por algo, que generalmente nos esperan cosas buenas a partir de ahí. En mi caso me hacen salir de una zona de confort, me hacen enfrentarme a algunas situaciones de una forma diferente. Me hacen tener que cambiar también o desplegar algunas herramientas bien guardadas. Los cambios ya no me provocan ansiedad extrema, ya no dejo de dormir, ya no. Pero creo que no es casualidad que hoy me enferme de la guatita, tampoco creo que sea casualidad estar cambiando ahora. Y aunque ya lo enfrento de una forma más adulta o madura, no deja de apenarme, no dejo de añorar los buenos momentos. Y espero que esto sea un momento de la vida y que pronto pueda volver a esa sensación de tranquilidad y seguridad en donde huele a cariño y confianza.